domingo, 23 de junio de 2013

¿Por qué tenemos miedo a ir al odontólogo?

El miedo a acudir al odontólogo es un problema que se observa con mucha frecuencia. Muchos pacientes sufren de una gran ansiedad cuando les llega la hora de acudir al dentista, hasta tal punto que esta ansiedad puede influir en el desarrollo normal de la actividad cotidiana de la persona. En ocasiones, estas pueden llegar a evitar los tratamientos y abandonar el cuidado e higiene bucal.
Soy odontólogo, ¿qué puedo hacer ante un paciente con miedo?
Ante todo debemos intentar calmar a la persona y ganar su confianza. En ocasiones una explicación  adecuada de la intervención puede ayudar pero siempre suavizando un poco qué es lo que va a hacerse ya que muchas veces una explicación demasiado gráfica puede horrorizar aun más a la persona si ésta ya ha entrado en la consulta en estado de alerta.
Muy importante ganar su confianza y entretener. La distracción puede ayudar a que el paciente olvide un poco su temor. En ocasiones, incluso, sería recomendable quitar de la vista el instrumental para no incrementar la ansiedad del paciente.
Otras acción complementaria que puede llevarse a cabo es decorar la sala con colores suaves, pasteles. Está demostrado que los colores nos trasmiten sensaciones. Un color fuerte influye en la persona de forma negativa ya que infunde un estado de nerviosismo, de actividad y dinamismo que no benefician al paciente. Los colores suaves, pastel, infunden calma y tranquilidad. También pueden ayudarnos fotografías o cuadros simpáticos.
Por otra parte, no menos importante, sería recomendable indicar al paciente cuál es el Lenguaje de Signos en Odontología. Ante cualquier molestia el paciente puede comunicarse con el doctor para indicar molestia, intensidad del dolor, o cualquier otra sensación por la que el paciente necesita descansar.
Por último, nos gustaría hacer hincapié en la incorporación de las nuevas tecnologías y en cómo influyen de forma positiva en esta práctica profesional.
Una experiencia mucho más dulce gracias a los últimos avances que se incorporan al quehacer diario del profesional.
Así que, como ya sabes, ¡no tenés por qué preocuparte!

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